Qué hacer cuando tu perro ladra demasiado

El ladrido es una de las formas más naturales de comunicación en los perros. Puede expresar alegría, advertencia, ansiedad o incluso aburrimiento. Sin embargo, cuando los ladridos se vuelven excesivos o fuera de contexto, pueden convertirse en un problema tanto para los tutores como para los vecinos.

En este artículo, exploraremos las causas más comunes del ladrido excesivo y qué puedes hacer para reducirlo de forma efectiva y sin castigos.

¿Por qué los perros ladran?

Antes de corregir un comportamiento, es vital entender su causa. El ladrido cumple funciones importantes y variadas:

  • Alerta o defensa: frente a sonidos desconocidos, personas o animales.
  • Ansiedad o estrés: especialmente si el perro se queda solo por mucho tiempo.
  • Aburrimiento: al no recibir suficiente estimulación física o mental.
  • Entusiasmo o juego: algunos perros ladran durante el juego o paseos.
  • Frustración: por ejemplo, si no pueden alcanzar un objeto o salir.
  • Miedo: ruidos fuertes como tormentas o fuegos artificiales.
  • Conducta aprendida: si ha sido reforzada sin querer (“ladró y recibió atención”).

Identifica el tipo de ladrido

Escucha con atención. ¿Es un ladrido agudo y repetitivo? ¿Un gruñido que termina en ladrido fuerte? ¿Ladra solo cuando estás fuera?

Anotar cuándo, cuánto y en qué situaciones ladra tu perro te ayudará a detectar patrones y abordar el problema desde la raíz.

Soluciones según la causa del ladrido

1. Ladridos por aburrimiento

Si tu perro pasa mucho tiempo solo o sin estímulos:

  • Aumenta los paseos y juegos diarios
  • Utiliza juguetes interactivos (tipo Kong con comida)
  • Cambia las rutas de paseo para más estímulo mental
  • Deja la televisión o música suave encendida

2. Ladridos por ansiedad por separación

Este tipo de ladrido suele ir acompañado de gemidos, destrucción de objetos o intentos de escape cuando el perro se queda solo.

Recomendaciones:

  • Enséñale a quedarse solo poco a poco (desensibilización)
  • No hagas dramas al salir o al regresar
  • Usa camisas de presión (tipo Thundershirt)
  • Consulta con un educador canino o etólogo si el problema persiste

3. Ladridos de alerta

Son comunes cuando el perro oye ruidos o ve movimiento desde una ventana o el patio.

Cómo reducirlos:

  • Limita el acceso visual a ventanas si es necesario
  • Utiliza cortinas, papel esmerilado o barreras
  • Refuerza la orden “¡silencio!” con premios
  • Enséñale una respuesta alternativa, como ir a su cama al oír un sonido

4. Ladridos por miedo

Pueden ser causados por tormentas, ruidos de la calle, personas desconocidas u otros animales.

Qué hacer:

  • No lo obligues a enfrentarse al estímulo directamente
  • Crea un espacio seguro y tranquilo en casa
  • Usa feromonas calmantes o productos naturales (previa consulta)
  • Aplica técnicas de desensibilización con refuerzo positivo

5. Ladridos aprendidos

Si el perro obtiene atención cada vez que ladra, aunque sea regaño, aprenderá que ladrar le da resultados.

Soluciones:

  • Ignora el ladrido en contextos donde busca atención
  • Refuerza el buen comportamiento con premios y caricias
  • Recompensa el silencio, no solo la obediencia
  • Evita reforzar accidentalmente el ladrido (como abrir la puerta cuando ladra)

La orden mágica: “Silencio”

Puedes enseñar a tu perro a callar con una orden simple. Aquí cómo hacerlo:

  1. Espera a que ladre (puedes usar un estímulo como el timbre)
  2. Di con firmeza pero calma “¡Silencio!” o “¡Shhh!”
  3. En cuanto se calle por 1-2 segundos, prémialo con algo irresistible
  4. Repite varias veces, aumentando poco a poco el tiempo de silencio

Una vez que comprenda, podrás usar el comando en cualquier contexto.

Qué no hacer nunca

  • Gritar: el perro pensará que te estás uniendo a sus ladridos
  • Castigar físicamente: crea miedo y desconfianza
  • Collares de castigo o eléctricos: son dolorosos, ineficaces a largo plazo y éticamente cuestionables
  • Ignorar el contexto: abordar solo el síntoma (el ladrido) sin entender la causa es ineficiente

El poder de la rutina

Muchos perros ladran menos cuando tienen una rutina estructurada. Saber qué esperar a lo largo del día reduce la ansiedad y los comportamientos compulsivos. Asegúrate de incluir:

  • Horarios regulares para comida, paseos y descanso
  • Tiempo para juegos mentales y físicos
  • Momentos de contacto afectivo directo

Cuándo buscar ayuda profesional

Si el ladrido persiste pese a tus esfuerzos, o si viene acompañado de otros signos de estrés (agresión, destructividad, autolesiones), es importante consultar con:

  • Educador canino especializado en conducta
  • Etólogo veterinario
  • Veterinario clínico para descartar causas médicas

Cada perro puede aprender a estar tranquilo

No existen perros que ladren por gusto. Cada ladrido tiene una causa y, con paciencia, comprensión y educación positiva, puedes lograr que tu perro aprenda a comunicarse de manera más equilibrada.

Reducir el ladrido excesivo no solo mejora la convivencia, también aumenta el bienestar emocional de tu perro y refuerza el vínculo entre ustedes.

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